Por: Reinaldo Spitaletta
Seré curioso, señor ministro, porque (con licencia de Benedetti; el poeta, no el congresista) he visto su rostro simple, su rostro mediocre, lo he visto, sí, en pleno gozo y en plena euforia y en plena risa, porque con la maquinaria oficial, hecha para las corrupciones y las politiquerías, usted, señor ministro del Agro Ingreso Seguro, se salvó de la moción de censura. Que bien merecida la tenía.
Seré curioso, digo, pero de qué se reían usted y su amiguito de pupitre, el ex ministro de Agricultura en esa “exacta foto de diario”. Acaso se reían de cómo ustedes convirtieron el agro en un lugar de miserias; o de los modos de feriar subsidios y regalarlos a los que votaron por su patrón, incluidas reinas (una de ellas, por lo menos tuvo la dignidad de devolverlos); o del montaje circense en el Congreso para que no ganara la moción de censura.
Seré curioso, señor ministro, pero de qué se reía y se sigue riendo. Ah, sí, tal vez de las denuncias de la oposición, tan claras y certeras, sobre los desmanes de Agro Ingreso Seguro, o, como lo llama el pueblo, siempre más inteligente que sus gobernantes, Robo Ingreso Seguro. Es posible que esas risitas tengan que ver, por ejemplo, con los subsidios que ustedes otorgaron o donaron a familias muy favorecedoras del patrón. A esta démosle 6.895 milloncitos de pesos; a aquélla, 2.973 millonzotes, y así, que todas han sido consecuentes con su apoyo a la elección y reelección, y al fin de cuentas estamos en una plutocracia, queridos.
Seré curioso, señor ministro de la desvergüenza, pero tal vez usted y su “parcero”, ahora ex ministro y en trance de candidato, se reían de que este es un país de impunidades, y aunque se demuestre en debates, como el de Agro Ingreso Seguro, que ustedes subastan los subsidios y tienen el campo vuelto añicos, aquí no pasa nada.
Y, además, qué puede pasar, si un escándalo tapa al otro, que así ha sido nuestra historia de infamias y desventuras. Los asuntos de las chuzadas (espionaje) del DAS tapan lo de la parapolítica, y éste el de las bases militares, y éste el de los “falsos positivos” (crímenes de Estado), y éstos a su vez a los de los hijos de Uribe, y la cadena es infinita y va de atrás hacia delante y viceversa.
Seré curioso, señor ministro de lo imposible, ¡qué va!, si aquí todas las corruptelas son posibles, pero tal vez usted y sus compinches, incluidos otros ministros, se reían –se siguen riendo- de la concentración de la riqueza en el campo; o de los más de dos millones de desplazados que entre 2002 y 2008 han tenido que dejar sus parcelas; o su risa de hiena tal vez esté relacionada con que en el campo hay un 65 por ciento de pobres y un 33 por ciento en la indigencia. No sé, todo es probable.
“Ustedes duros con nuestra gente / por qué con otros son tan serviles”. Ah, claro. Si esa es su esencia, ésa su política. Entregar el país en tratados de libre comercio. O ponerlo de prostituta para que los soldados yanquis puedan tener libre tránsito por un territorio que, por otro lado, no es más que una colonia. Sí, la risa suya, señor ministro, y la suya, señorito ex ministro, tienen sentido. Y aquí vuelve el poeta: “Cómo traicionan el patrimonio / mientras el gringo nos cobra el triple”.
Pero hay que seguir siendo curioso, señor ministro. Usted sabe, su antecesor también, que Agro Ingreso Seguro es la mejor de las pirámides, y que todo hay que repartirlo entre los amigos del régimen, no importa si algunos de ellos contribuyeron a crear el paramilitarismo, lo cual los hace más importantes para la política oficial, caray. Que esto es tierra arrasada y para eso hay que sembrar palma.
Seré curioso, señor ministro, de qué se ríe, de qué se ríe… Ah, sí, usted sabe que este ha sido el gobierno más corrupto de todos los tiempos, y eso, para usted y sus compinches y su patrón, es un logro. Y eso da risa, ¿verdad?
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