Deambulando por lo que parece ser un universo dinámico, de paso por la vida, transformando el instante en eternidad y viceversa. Encontrandome y tal vez encontrandote en medio de una apacible calma que antecede algunas transformaciones como el amor o la muerte, creyendo en lo que es, lo que puede ser y lo que será.

domingo, 27 de septiembre de 2009

AFROASCENDIENDO

“Una nación que gasta más dinero en armamento militar que en programas sociales se acerca a la muerte espiritual.”

Martin Luther King.


Escrito por Carlos Grisales.


UNA TERRIBLE CRIATURA

El evento en contra de la violencia a las mujeres afrodescendientes era mi última parada, ya había entrevistado a un líder político, a un académico de talla internacional y a Lucrecia Panchano una poetisa negra. En la clausura del evento, se iba a presentar Lucrecia y yo había quedado de grabarla en video. Cuando estaba llegando al sitio me interceptó la llamada de una amiga muy especial, le dije que llegara y me acompañara sin medir las consecuencias. Al momento ya estaba conmigo, tenía sus grandes tetas cubiertas por una blusa estraple. Su cara coqueta y picaresca brillaba como un sol, mientras su redondo culo se meneaba. Contenida en esa ropa parecía una bomba sexual a punto de estallar, Lidya está más viva que muchas personas que presumen estarlo. Me gusta observarla, aunque a veces me provoca estrangularla. Es muy inteligente, creo que en ocasiones es poseída por Séneca, Nietzsche y William Burroughs, todos juntos y por separado.


Entramos al auditorio repleto de mujeres negras, hombres habían muy pocos. Todas eran como guerreras legendarias, de contextura gruesa, miradas fuertes y llenas de sabiduría, la mayoría pasaban los 30 años. Sentí mucho respeto al ver reunidas ahí a todas esas mamás negras intentando arreglar el mundo, poniéndose de acuerdo para hacer algo. Había comisiones de Costa Rica, de Ecuador, y no sé de donde más, era un evento grande. Entramos y Lidya hizo una pasarela tremenda, creo que era la única blanca en el recinto. Elegimos unas sillas de primera fila y posó su culote con la espalda arqueada hacia adelante como una yegua fina. Éramos invasores. Pero yo tenía que grabar a Lucrecia, y Lidya era mi casual invitada. No éramos invasores del todo. Lidya me miraba y se reía, me le acerqué y detecté al tetrahidrocannabinol (THC) en su sistema nervioso central. “¡Mierda!” dije para mis adentros, donde esta mujer no se comporte aquí nos linchan, era un evento serio. Cada una de esas mujeres era varias veces más fuerte que yo. Pero estaba dispuesto a grabar hasta morir. Intenté concentrarme en el evento para poder coger alguna imagen mientras llegaba Lucrecia pero Lidya estaba estresada y me decía que fuéramos a darnos una vuelta mientras tanto, luego le dieron ganas de orinar, luego hambre y luego sueño. En el corredor estaban vendiendo artesanías y chontaduro, mi amiga pidió uno con el acento más gomelo que se haya emitido en la historia del lenguaje articulado. “¡Dios mío!” dije de nuevo para mis adentros y sonreí. “Me regggAlaS MielG porgfavorg” dijo mientras agarraba el tarro y lo apretaba hasta que la miel se le chorreaba por los dedos. Mordió un pedazo chiquito de chontaduro pero se comió toda la miel, luego volvió y agarró el tarro y lo apretó y lo apretó, la miel se escurrió y se escurrió, la señora morena se iba poniendo roja de la piedra al ver como esta terrible criatura le gastaba la miel. En un momento que Lidya dejó el tarro sobre la mesa la señora lo agarró y lo puso al otro lado donde ella no lo alcanzara y no aguanté y también me fui a dar una vuelta. Sufrí por la miel de la señora, no quise ver lo que seguía, era exagerada con la miel, creo que se la echó toda. Lidya no fue tan boba como para pedirle más pues sabía que se podía ganar una garnatada o como mínimo un regaño justificado. ¡Se mama medio litro de miel por un chontaduro de 500 pesos, no joda!
To be continued…

Mis ideas pivoteaban entre la historia de mis hermanos afro, mi racismo, y el racismo de mi amiga, nos decimos que no somos racistas pero todos lo somos, hasta ellos mismos practican el Endoracismo. El racismo se puede sentir y ejercer de maneras tan sutiles, que es hipócrita no aceptar que tanto bombardeo publicitario con estereotipos de lo bello no ha surtido ningún efecto sobre nuestra moral. Parece banal e irrespetuoso empezar este reportaje con las tetas y el culo de mi amiga enmariguanada pero era para poderme meter dentro de ustedes e implosionarlos y volarles ese racismo hipócrita a la mierda. Ya estoy dentro así que ya nada pueden hacer. Primero, sólo existe una raza, la humana, la noción de raza fundamentada en una pigmentocracia ha sido mandada a recoger por estudios genéticos que demuestran que sólo se puede hablar de la raza de homo sappiens sappiens. Todos los seres humanos poseen evidencia interna negra del cerebro de su campo común Origen Del Africano Negro. Toda la zona negra del nervio del neuromelanin del cerebro es prueba profunda que la raza humana es una raza negra, con muchos variaciones del negro. Segundo, mientras no sepamos quiénes somos y de dónde venimos no podremos saber hacia dónde vamos, es necesario revisar nuestra historia, la historia del mestizaje, el descubrimiento de América, la diáspora Africana, cuales son las consecuencias de nuestro pasado, sólo ahí podremos comprender porque estamos así y que nos depara el futuro.


DIMAS

Realicé tres entrevistas en dos meses, mi primer entrevistado fue Dimas Ernesto Orejuela Micolta Vocero de las comunidades negras en el espacio de la consultiva departamental del Valle del Cauca, en representación de las organizaciones y comunidades afro de Cali. Dimas comienza diciéndome que África es la cuna de la humanidad y que hace 4.000 millones de años cuando el hombre comenzó a buscar nuevos horizontes y salió de allí a diferentes regiones con climas y condiciones distintas se originaron algunas variaciones en la tonalidad de la piel y de algunos rasgos físicos como la nariz, los labios, etc. Mejor dicho, que todos somos afrodescendientes porque todos venimos de África. Las comunidades afro utilizan el término como una reivindicación política. Dimas asegura que a los esclavos se les despersonalizó al llamarles Negros “Es diferente decir una persona negra a decir un Negro”... “Me encanta que me llamen por mi nombre, no por mi color de piel.” El término “negro” es asociado, según Dimas, peyorativamente, me citó el diccionario de la Real academia de la lengua en el que la palabra se ejemplificaba así: “un mal día, día negro”, “Casa en obra negra, inacabada”, “aguas negras, contaminadas”, etc., etc., etc. Con este argumento, pero más elaborado, tumbaron aquel comercial-campaña de “Las estrellas negras”, “Las estrellas no son negras, son azules, hay que buscar otra forma de nombrarlas si se quiere expresar algo malo con ellas”. Sin embargo, mi estimado Dimas, para el caso de las artes marciales, el cinturón negro representa el máximo poder, el grado de conocimiento más elevado, de mayor sabiduría, control de las técnicas y letalidad, sólo por nombrar un ejemplo contrario.
Algo de lo que más me llamó la atención en la entrevista con Dimas fueron los reclamos de la deuda: “Hay una deuda histórica de la nación colombiana, del pueblo colombiano, de las personas colombianas con nuestro grupo étnico, porque la riqueza que tienen hoy el grupo económico LLoreda Caicedo, el grupo económico Carvajal, el grupo económico Ardila Lule, el grupo económico Garcés, el grupo económico Sarmiento Lora, si revisan esas riquezas obedecen a las haciendas en el pasado, donde nuestros abuelos trabajaron, dieron su vida. Donde nuestros ancestros les construyeron las riquezas. Es tan ilegal la riqueza de esas familias porque se hizo sobre la base del secuestro, del robo, del aniquilamiento, es tan ilegal como la del narcotraficante que hoy se cuestiona.” Dimas estaba con su niña en la cabina de radio donde yo lo entrevistaba, me hablaba fijo a la cámara, con palabras pausadas, sin odio, su mirada era aguda como una navaja, sus manos fuertes se entrelazaban con los argumentos revisando la vida de sus ancestros. A veces miraba a su hija de reojo que se había quedado dormida. Cuando comenzó a hablar de etnoeducación la despertó, la cargó y me dijo: “La idea es trabajar con la gente para que sepan cuál es su rol, cuál es su lugar, que nosotros vinimos no a repetir ni a profundizar una crisis racista en un Estado como el nuestro, nosotros venimos a transformar ese racismo y a decir: ¡han sido racistas con nosotros pero nosotros no somos racistas con nadie. Nosotros venimos a decir trátenos como personas que nosotros tratamos como personas! Desde ahí viene el respeto, viene el trato con dignidad. Tenemos las capacidades para reconocernos como pueblo, y eso es lo que queremos darles a los jóvenes: reconózcanse como hombre, como mujer negra, como pueblo negro, de ahí la importancia de la etnoeducación”.
Esta entrevista me abrió muchos interrogantes, y enlazándola con un texto de Rafael Pereachalá Alumá escrito para la Comisión de Equidad Racial el año pasado quedo con más expectativa sobre el tema. Alumá dice que la discriminación racial y el esclavismo fueron aprobadas por los grandes pensadores como Platón y Aristóteles, unos de los pilares de la sociedad occidental, con la posterior alcahuetería de la iglesia católica que también se lucró con el sudor y la sangre de los hermanos afro. Me emociona ver a los hombres y mujeres negros levantando la cabeza, diciendo que a pesar de la mierda que les han hecho durante tantos siglos aquí están y van formulando la ley 70 de 1993. Acaban con el Apartheid en Sudáfrica, Lidera Luther King una marcha con 200.000 personas en Washington. Y la revolución haitiana, baños de sangre tumbando a todos los políticos o monarcas cuando les daba la gana. Lo tenaz de lo que dice Alumá es que coincide con lo que dicen grandes intelectuales como Nietzsche en “el crepúsculo de los ídolos”, John Ralston Saúl en “Los bastardos de Voltaire”, Cornelius Castoriadis en sus “Reflexiones sobre el “desarrollo” y la “racionalidad”, Leopoldo Zea en su “Discurso desde la marginación y la barbarie”, Walter Mignolo, Anibal Quijano y Santiago Castro Gomez, los tres en “La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales” etc., la lista es mucho mejor y más larga, estos son los que yo conozco y aún no conozco nada. Nosotros, los mestizos y afrodescendientes, producto del colonialismo debemos elaborar y hacer respetar nuestra visión del mundo, crear nuestra propia noción de desarrollo, ¿o es que vamos a copiar el modelo de desarrollo gringo?, no nos alcanzaran 20 planetas tierra para que todo el mundo viva contaminando y consumiendo de esa manera. ¿Quién dijo para donde debemos ir? ¿Será que los pueblos latinoamericanos estamos obligados a seguir modelos fracasados que destruyen al ser humano y a su entorno como el modelo Neoliberal y consumista de la sociedad capitalista? Pero vaya uno e intente cambiar este modelo que tiene a un selecto grupo de familias en el poder enriqueciéndose a costillas del pueblo.
Dimas tiene una fundación de afrodescendientes llamada kaduven Benkos Biohó en honor a Benkos Biohó un guerrero negro que se le voló a sus captores cuando lo llevaban para Cartagena como esclavo y les creó un ejército de negros que controló los Montes de María por allá por el año 1560. Benkos Biohó y su grupo se dedicaban a planear fugas para liberar a otros negros cimarrones (esclavos rebeldes) en aras a emanciparse. La cuestión es que Dimas con el grupo de compañeros de la fundación entre otros organizadores invitaron a la senadora Piedad Córdoba para hacerle un homenaje público el día de las madres y reconocer el valor de las batallas políticas de esa negra verraca viene dando. Piedad no pudo llegar porque estaba en la Cumbre de Rio con Chavez, pero se comprometió asistir dentro de ocho días para conversar con los univallunos interesados en el tema del acuerdo humanitario. Pues como la negra es asociada con comunistas y guerrilleros por declaraciones del gobierno paramilitar de Álvaro Uribe y que esto no suene a frase de cajón: “¡gobierno paramilitar de Álvaro Uribe Vélez!”, al tipo le han metido a la cárcel casi a la mitad del congreso por vínculos con el paramilitarismo, hay unos que lo están delatando como gran líder paramilitar y no pasa nada, el tipo tiene hasta familiares en la cárcel por paramilitarismo. Pero no estamos hablando de Uribe, estamos hablando de las comunidades afro y la política. Resulta que el grupo de asesinos paramilitares llamado las “Aguilas Negras” envió una lista de estudiantes al rector para ser asesinados en la Universidad del Valle entre ellos están Dimas Orejuela y el grupo kaduven Benkos Biohó organizadores del evento con la senadora Piedad Córdoba. Esto está pasando frente a nuestras narices. Las comunidades afro se organizan, se informan y de inmediato les caen a amedrentarlos con amenazas, pero ni así podrán evitar que las grandes masas se movilicen y que todos juntos marchemos por la construcción de una mejor sociedad.


AGUSTÍN LAO

Mi segundo entrevistado fue el profesor Agustín Lao Montes un puertorriqueño Ph.D en Sociología de la Universidad de Binghamton y Profesor del Center for Latin American, Caribbean and Latino Studies de la Universidad de Massachusetts. El profesor Agustín lo primero que hizo en su presentación fue identificarse como afrodescendiente. Le disparé a quema ropa: “hábleme del legado del colonialismo esclavista. De la escala pigmentocrática. De la pirámide racial. De las enfermedades etnosiquiatricas. Del Endoracismo, procesos de “Blanqueamiento”, etnoeducación…” El hombre me respondió: “no sabía que me ibas a grabar con cámara, espérate me cambio ésta camisa”. Y salió de la habitación con una especie de túnica, lleno de collares de santería, una candonga en la oreja, un bigote (El bigote y la candonga los traía desde que llegó).
Bastante impresionante la argumentación del profesor. Se remitió de inmediato a la noción de Sistema mundo moderno capitalista. Luego pasó a desarrollar la invención de la racialidad, junto con la invención del otro, la invención de América, África, y la invención de Europa. El inconsciente racial. Las tres formas de racismo: estructural, institucional y cotidiano. Me dijo que las cifras registran aproximadamente 1´000.000 de afrocolombianos desplazados por el conflicto colombiano pero más puntualmente por los paramilitares que están ejerciendo mayor presencia en el Litoral Pacífico. Y lo mejor de todo fue la profecía con la que cerró cuando me estaba hablando de la situación de marginalidad en la que viven las comunidades afro en Cali: “… Ahí en esos movimientos, en ese carácter vibrante de la cultura popular, en lugares como el Distrito de Agua Blanca y en particular de las culturas populares afro, ahí es donde está la esperanza de vida de este país.” Me habló maravillas de la ley 70 de 1993 que les reconocía el territorio a los pueblos afrocolombianos. Me dijo que era una de las mejores leyes que se había ganado para la lucha de los afrodescendientes en el mundo. Pero que es curioso que a los 15 años de promulgada la ley se estén produciendo masivos desplazamientos del litoral pacífico y las tierras están quedando en manos de otros, de los mismos de siempre. El 80 % de este país está en los bolsillos de menos de 2000 familias. Somos más de 44 millones de colombianos.
Hace dos años me leí un texto sobre la colonialidad del saber y colonialidad del Poder escrito por Walter Mignolo y Anibal Quijano. Dicen algo así: “El imaginario del mundo moderno/colonial no es el mismo cuando se lo mira desde la historia de las ideas en Europa que cuando se lo mira desde la diferencia colonial: las historias forjadas por la colonialidad del poder en las Américas, Asia o África.” El profesor Agustín Lao resultó siendo amigo de Walter Mignolo. Mejor dicho la pesada, me queda de patas arriba sintetizarles todo lo que me dijo. Lo que me quedó sonando más fue lo de la “invención del otro”, hace referencia a los dispositivos de saber/poder a partir de los cuales se construyen las representaciones del “otro”. El problema del “otro” debe ser teóricamente abordado desde la perspectiva del proceso de producción material y simbólica del que hicieron parte las sociedades occidentales desde el descubrimiento de América. Mejor dicho, para adelante compañeros afrodescendientes que la batalla es larga, aún ahora siguen esclavos (como la gran mayoría de gente con sueldos miserables, trabajando no para vivir, si no para sobrevivir), ¿o es que quiénes hacen los trabajos más pesados y peor pagados de este país sino son los afrocolombianos? Todo hombre y mujer negra debiera ser revolucionario hasta que esta situación se iguale, hasta que haya equidad, en los bancos no atienden cajeros afrodescendientes o por lo menos no en los bancos de Cali y en esta ciudad más del 55 % de la población es de piel negra.

LUCRECIA PANCHANO

La conocí hace poco en el día de la mujer, la habían invitado para que recitara su poesía en homenaje a Piedad Córdoba en la Universidad del Valle. Ese día el avión en el que venía Piedad con Chávez desde la Cumbre de Rio se desvió hacia Cuba y Piedad no pudo llegar al homenaje que le tenían preparado las organizaciones afrodescendientes. El caso es que el auditorio estaba a reventar e igual se realizó el acto, había tantas mujeres y hombres de piel negra con miradas valientes y sonrisas de esperanza agremiados allí. Lucrecia declamó “África grita”, luego “Mujer litoral” con el primero me ericé, con el segundo lloré, sí, soy un llorón ¿y qué? Todos aplaudimos de pie por largo rato. Al final del evento me le acerqué, le di un beso y le pedí el teléfono para la entrevista. Cuando llegué a su casa me recibió con un jugo de lulo con hielo (para refrescar el espíritu) y unos pasaboquitas de yuquitas fritas. Estaba emocionada como una niña, cuando fui sacando la cámara se me asustó y me dijo que se iba a cambiar. Llegó con una cachucha porque el turbante rojo la hacía quedar igualita a Piedad Córdoba. Me disparo a mansalva con versos y yo aún no tenía el trípode armado, me tocó cámara en mano. Recitaba un poema tras otro de memoria y ahí se fueron juntando en mi alma lo aprendido en las entrevistas con Dimas y Agustín Lao, mi ancestro, mi familia, mi abuelo es negro, yo soy casi que negro, ¡África grita! Lucrecia brilló como un sol durante dos horas, me recitó sus versos y algunas historias de su hermosa vida.
AFRODESCENDENCIA

Afrodescendencia, inevitable consanguinidad
Que atravesó distancias y fronteras,
Que desafió pigmentación e identidad,
Que superó escollos y barreras.

Sangre que quema, corazón que aprieta,
Es África que grita entre las venas
Ancestro que aprisiona, que sujeta,
Que exige libertad y no cadenas.

Madre África distante y latente,
Grito sin eco, rabias contenidas,
Siempre y por siempre estarás presente,
Eres parte vital de nuestras vidas.

Madre África, somos tu descendencia
Y en la sangre llevamos tu presencia.
Lucrecia Panchano

No creo que haya averiguado algo nuevo para ustedes y mi intención de implosionarlos fue pretenciosa. ¿Cuál es el aporte a la discusión política sobre las comunidades afrocolombianas que hace este menesteroso reportaje? Ninguno, pero a mí me sirvió mucho para mirar bien adentro, soy mestizo y afrodescendiente. Uno puede saber cosas pero no siempre comprenderlas.

UNA TERRIBLE CRIATURA (Continuación)

Lidya me mira y se ríe, me dice: “vamos por un porro”, y yo le hago mala cara porque lo dice muy duro y todos en el evento en contra de la violencia a las mujeres afrodescendientes están escuchando… entonces hace una mueca y me dice susurrando: “¡godo!”... Suelto una carcajada y varias señoras nos miran muy serias. La agarro y le doy un beso en el cuello cerca de la oreja.
Lamento lo que ha pasado compañeros Afro. A los indios y mestizos también nos han sometido a toda clase de humillaciones ancestrales. Pero ya nos vamos levantando los pueblos oprimidos y esto tendrá que cambiar. ¡Vamos juntos sudacas, dejemos de buscar identidades importadas! (quiero que Lucrecia recite “Mis dos razas”).
Llevábamos tres horas en el sitio y Lucrecia nada que salía a declamar, Lidya estaba cabeceando y cuando se despertaba me puteaba. Nos fuimos para la casa a dormir, Lidya me pregunta: “¿si alguna vez te preguntaran cómo era yo, cómo era en realidad Lidya, que contestarías?” Cuando vi a Lidya en la ventana pensé en Truman Capote, ella vino a acostarse y le susurré: “diría de ti que eres una terrible criatura”, no me escuchó, se acercó, me dio un beso, se giró y empujó su gran culo de manera precisa y ergonómica hacía mí.
¡I have a dream! En el que los pueblos suramericanos se unen en contra de la opresión, la inequidad y luchan con sus vidas por la construcción de una sociedad más justa y de un mañana mejor, parece que padeciéramos de tiranía generacional y no quisiéramos legarles más que miseria a las generaciones venideras. ¡Que viva la revolución bolivariana!. No podemos simplemente flotar y escalar socialmente para saciar nuestros egos con títulos universitarios, comprarnos los carros y las casas y envejecer en burbujas de comodidad mientras las grandes mayorías padecen la miseria y la discriminación, recordemos que “el otro soy yo, que el marginado soy yo, que el revolucionario soy yo, todos somos yo”, retomando el discurso de las Madres de la plaza de mayo. Cambio y fuera camaradas afrodescendientes, indios y mestizos o sea todos, hablo con ustedes. Hablo conmigo.
PD: y a las “águilas negras” les pido que por favor se retiren de la Universidad del Valle, de la ciudad de Cali, del Valle del Cauca, de Colombia, del mundo, ¿es que acaso no entienden que detrás de cada hombre y mujer que asesinan viene otro hombre y mujer mejores que los anteriores a remplazarlos?
Agradecimientos especiales:
- Jeny Girón
- Lucrecia Panchano
- Dimas Orejuela
- Agustín Lao Montes
- Jesús Becerra
-Saludo especial a mi compadre Jaime Alfaro bastante racista el hombre por cierto.

Material utilizado:
- De la ideología racista. Rafael Pereachalá Alumá. Comisión de equidad racial. Bogotá, septiembre 25 de 2007.
- La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas. (Compilado por Edgardo Lander). Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales CLACSO, 2005.
- Los bastardos de Voltaire, la dictadura de la razón en occidente. John Ralston Saúl, editorial Andrés Bello, 1992.
- El crepúsculo de los ídolos, Nietzsche. Biblioteca Edaf, 2002.
- Discurso desde la marginación y la barbarie. Leopoldo Zea. Instituto cubano del Libro, La Habana. Centro Editorial Universidad del Valle, Cali 1995.
- Entrevista a Dimas Ernesto Orejuela Micolta.
- Entrevista a Agustín Lao Montes.
- Entrevista a Lucrecia Panchano.


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